Pesimismo-optimismo

En psicología, el optimismo-pesimismo se refiere a la forma en que nos explicamos a nosotros mismos los contratiempos, el fracaso y la adversidad que todos padecemos a lo largo de la vida.

Seligman, brillante psicólogo americano, sostiene que el pesimismo es un estilo de pensamiento caracterizado porque la persona se explica a sí mismo, la adversidad como algo:

- permanente ("esto que me ocurre me seguirá ocurriendo siempre"),
- universal ("esto afectará todos los aspectos de mi existencia")
- y personal ("yo soy la causa de todo este mal").
Esta forma de pensamiento da como resultado que la persona se sienta desesperanzada e indefensa.La persona se convence de que cualquier esfuerzo resultará inútil para cambiar las cosas.

Por el contrario, el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como
- transitoria ("en algún momento esto pasará"), - específica ("este evento negativo no destruye toda mi vida")
- y externa a la persona ("no soy yo el culpable de que esto ocurra").

Esto permite mantener viva la esperanza y sentir que es posible el cambio. La esperanza hace que la persona esté dispuesta a ponerse de pie, a continuar desplegando esfuerzo, a buscar alternativas y a persistir frente a la adversidad.

De los lentes de un botánico

cayó un cristal, se hizo piezas,

y quedó sobre una hormiga

un pedazo al dar en tierra.

Las hormigas al pasar,

deteníanse, y, sorpresas,

contemplaban a una hermana

de tan rara corpulencia;

y la pequeñuela hormiga,

debajo del cristal presa,

convertidas en gigantas

miraba a sus compañeras;

en tanto el sabio reía

del terror de todas ellas.

Entre cristales de aumento

¡cuánta gente se pasea! Joaquín Bartrina.

“El mundo da vueltas igual para todos, pero cada uno lo ve diferente con sus lentes. Lo importante no son los pasos. Lo importante es la mirada: aunque el camino es el mismo, distinto es ir que volver. No se trata de ir al oculista, uno se pondrá gafas y podrá ver mejor, pero no sabrá ver distinto.