jueves, 15 de noviembre de 2012

Estressss


Todos tenemos la experiencia que despues de vivir una situación conflictiva, difícil, después de tener que enfrentar numerosos problemas, nos sentimos físicamante enfermos.
Seyle, médico canadiense, en 1936, fue el primero en detectar científicamente que el estres podía tener efecto en los estados físicos.
Observó cómo un grupo de ratas a las que se le inyectaba un compuesto sufrían úlcerasde estómago, deficiencias inmunológicas e hipertrofia de las glándulas suprarrenales.
Lo curioso es que cuando inyectaba agua a otro grupo de ratas, éstas experimentaban los mismos síntomas. Seyle no tardó en adivinar que estas inyecciones repetidas eran la causa común de todos estos trastornos, eran los llamados factores de estres.
El estrés afecta la memoria a corto plazo, por eso muchas veces que estamos bajo presión nos olvidamos de las cosas y complicamos aún más la situación problemática que vivimos.
En el pasado, los neurólogos creyeron que las células nerviosas, las neuronas, se desarrollaban antes de nacer y durante los primeros años de vida, y que ninguna neurona nueva podría generarse después. Ahora sabemos que esta creencia era incorrecta, que nuestro cerebro es capaz de generar nuevas células. Además las últimas investigaciones han encontrando que el ritmo al que se generan las nuevas neuronas está influenciado por situaciones ambientales. Por ejemplo, el estrés, la presión, evita la formación de neuronas.Roben Sapolsky de la Universidad de Stanford en California demostró que animales que experimentaban estrés crónico, se les producía un achicamiento del hipocampo, uno de nuestros centros cerebrales. Monos machos eran encerrados en una jaula con un macho dominante y agresivo, que constantemente los acosaba, morían más jóvenes que sus pares y en la autopsia se comprobaba que tenían pocas células en el hipocampo.

Un cuento para pensar sobre la resiliencia....
Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.
Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
Libertad y el volar solamente podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si se nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podíamos haberlo sido.
Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego. 

Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
Libertad y el volar solamente podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si se nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podíamos haberlo sido.
Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego. 

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
Libertad y el volar solamente podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si se nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podíamos haberlo sido. 



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