domingo, 28 de octubre de 2012

El temor

El cerebro humano es el objeto más complejo del universo y el gran poema de la materia. Su capacidad es única, prácticamente infinita.
Es capaz de hacer cosas absolutamente asombrosas que ninguna máquina es capaz de imitar, como sentir tristeza, alegría, imaginar o decidir. Por más perfecto ysofisticado que sea el mayor súper-ordenador del planeta, no es capaz de crear un poema, pintar un cuadro, trasmitir sentimiento en una melodía, o emocionarse con el recuerdo del olor de nuestra infancia. La máxima complejidad creada por el hombre, es incapaz de realizar el acto más sencillo de nuestra existencia: sentir.
Los científicos han comprobado que nuestro cerebro está constituído por 100.000 millones de neuronas, o células cerebrales, que se conectan entre sí (cada una con otras 10.000) conformando una red que es 100 veces más compleja que la red telefónica mundial.
Si pudiéramos estirar estos cables nerviosos para medirlos comprobaríamos que alcanzan 3,2 millones de kilómetros de largo. Ahora bien todo este prodigio sólo consume 10 Vatios (la misma energía eléctrica que una bombilla).


Si intentáramos construir un cerebro similar con chips de silicio, consumiría aproximadamente 10 megavatios, o sea una cantidad de energía suficiente para abastecer una ciudad, pero el calor que produciría un cerebro de silicio de tales características le haría fundirse.
Nuestra red mental, además, pude almacenar una cantidad de información que es igual a la suma de todos los libros de todas las bibliotecas de la tierra.
Nuestra primera conclusión es que el cerebro humano es la más complicada, misteriosa y maravillosa obra de la creación. La segunda conclusión será la que tú saques luego de leer nuestro cuento, presta atención y analiza:
Se cuenta que en un lejano reino había un rey que no decidía el destino de sus prisioneros, les pedía que decidieran entre recibir la flecha letal del mejor arquero del reino o atravesar la sombría puerta del más allá.
Todos los presos imaginaban cómo sería recibir la flecha mortal, pero nadie conseguía imaginar qué había tras la puerta del más allá. se trataba de una siniestra puerta al final de un pasillo oscuro, de cuyo techo pendían puntas de lanzas, y en cuyas paredes, figuras amenazadoras asechaban al prisionero. ¡Así que todos al final se decidían por la fecha!
Cierto día, un intrépido guerrero del ejército enemigo cayó prisionero de ese rey. Como no podía imaginar qué podía ser peor que morir a manos del arquero real, eligió cruzar la puerta del más allá.
¡Y así lo hizo! caminó por el largo pasillo y cuando abrió la puerta se vió de repente en un inmenso jardín...¡Era la libertad! Intrigado, volvió al palacio y el rey le explicó : “ les doy a todos la posibilidad de elegir, pero todos prefieren la muerte a ir al encuentro de lo desconocido.”
Claro, la función más importante de nuestro cerebro es elegir. Cada paso de nuestra vida es una opción. Elegimos un camino, pero debemos desechar otro ...porque elegir es renunciar... y para elegir correctamente necesitamos información, datos, hechos, circunstancias... y una memoria capaz de guardarlos para usarlos en el momento de la decisión...
Beatriz Pizarro de Zulliger

1 comentario:

Señor de las Pinzas dijo...

Hola otra vez Beatriz

Vaya si tienes cuentos curiosos. Muy buenos.

Un saludo